La boleadora es un arma arrojadiza formada por tres pesos; bolas metálicas, piedras o, en su versión más rudimentaria, saquitos de arena, unidas por tiras de cuero. Se hacen girar sobre la cabeza y, una vez alcanzada la velocidad deseada, se arrojan sobre la presa, ya sea esta humana o animal. Es un arma que, bien manejada, alcanza una gran precisión. Según cómo sea arrojada puede ser o no letal, dependiendo de hacia qué parte del cuerpo de la presa se dirija al arrojarla. Se usa tanto de pie como sobre monturas.
Es un arma que consiste en tres correas de cuero, cada una de aproximadamente un metro y medio de largo, atadas en uno de sus extremos a sendos sacos de cuero. Cada uno de estos sacos lleva cosida dentro una pesada bola metálica. Es un arma destinada probablemente a cazar tumits, un ave carnívora de las llanuras enorme e incapaz de volar, pero su uso se ha extendido entre los Pueblos del Carro a las artes de la guerra. Esas correas, lanzadas a baja altura pueden hacer imposible la huida: con su giro de aproximadamente tres metros se enredan alrededor de la víctima en círculos tan apretados que pueden llegar a romperle las piernas. A veces resulta difícil desatar las correas, de tanto que se enredan. Si se lanza a mayor altura, la boleadora goreana puede bloquear por completo los brazos de un hombre; si va dirigida al cuello puede estrangularle; y si va dirigida a la cabeza, el lanzamiento más difícil de realizar, puede estrujarle el cráneo. Normalmente, el tirador inmoviliza desde la montura a la víctima, para luego bajar y cortarle el cuello.
(Nómadas de Gor, cap 4)
[...] y por el otro una boleadora de tres pesos muy de la clase utilizada para cazar tumits y hombres.
(Nómadas de Gor, cap 2)
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